viernes, 29 de marzo de 2019

2 DE ABRIL DIA DEL VETERANO Y DE LOS CAÍDOS EN LA GUERRA DE MALVINAS

El cielo estaba encapotado, las nubes espesas parecían tocar los montes, esas montañas a pequeña escala que desde ese día se convertirían en refugios perfectos. Desde el buque, Ramón Najar –un estudiante del Colegio Nacional de Bahía Blanca que desde el 28 de marzo estaba arriba de esa nave militar sin saber bien a dónde iba y a qué– veía por primera vez las Islas Malvinas. Era la mañana del 2 de abril de 1982.
“El primero de abril a las 6 de la tarde, en el buque, nos informaron que íbamos a participar en la recuperación de nuestras islas”, recuerda Ramón, que el año pasado volvió a Malvinas. “Después de la noticia, recuerdo, se gritó muy fuerte Viva la Patria”.
Ramón cuenta que llegaron a Malvinas por una semana: la ropa para una semana, las provisiones para una semana, las armas para una semana; sin carpa, porque era sólo una semana. Estuvo, junto con tantos otros, los más de 45 días que duró el combate. Vivió los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, sufrió los ataques ingleses escondido entre las montañas, fue prisionero de guerra.
Treinta y seis años después, Ramón trabaja en la Escuela Especial 503 de San Nicolás. Su área es la cocina. Además, recorre las escuelas del distrito dando charlas sobre la guerra. Donde llega es recibido como un héroe.
“Después de Malvinas y unos años en el ambiente militar, trabajé durante 27 años en una  fábrica de San Nicolás. Cuando me retiré sentía que podía hacer algo más y pregunté si podía trabajar en una escuela”, dice Ramón sobre su trabajo. “Lo mío es más terapéutico”.  
Sobre el final de la entrevista, Ramón se toma un segundo de silencio y dice: “En todos estos años la herida no se cerró y ya no lo va a hacer. Se va a ir con nosotros hasta el final de nuestros días. Siempre sin causarnos una alegría, pero cada día es mayor el entusiasmo por contar nuestras vivencias. Por querer contar algo de lo que pasó allá”.
El departamento de Veteranos de Guerra
Unos 3 mil veteranos de Malvinas fueron incorporados a la Dirección General de Cultura y Educación desde el año 2000 a la fecha. Fue a partir de la vigencia de la resolución 5304/2000, que reservó un porcentaje de vacantes en porterías de las escuelas para los ex conscriptos, civiles y militares dados de baja con posterioridad a la confrontación bélica con Gran Bretaña.
La mayoría de los beneficiados por ese régimen está próximo a cumplir los requisitos jubilatorios, y los que necesitaban empleo, en su mayoría, ya lo consiguieron. “Para nosotros es un orgullo que la Dirección General de Escuelas nos haya abierto las puertas para hacer un trabajo conjunto durante 17 años para beneficio de los ex combatientes de la provincia de Buenos Aires”, afirma Alfredo Avalos, Jefe del Departamento de Veteranos de Guerra del Ministerio.
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24 de Marzo de 1976 NUNCA MÁS

El 24 de marzo de 1976 no fue un día más en la historia argentina. En esa fecha las Fuerzas Armadas de nuestro país usurparon el gobierno y derrocaron a la entonces presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón. Del mismo modo destituyeron a los gobernadores de las provincias, disolvieron el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos políticos. En suma clausuraron las instituciones fundamentales de la vida democrática.
La Constitución Nacional –es decir, la ley de leyes de la República Argentina–, dejó de regir la vida política del país y los ciudadanos quedaron subordinados a las normas establecidas por los militares. Se inició entonces una dictadura que se instaló en el gobierno por la fuerza, por medio de lo que se denomina golpe de Estado. El gobierno de facto estuvo integrado por una Junta Militar que reunía a los máximos jefes de las tres Fuerzas Armadas: el ex general Jorge Rafael Videla por el Ejército, el ex almirante Emilio Eduardo Massera por la Marina y el ex brigadier Orlando Ramón Agosti por la Aeronáutica.
El golpe de 1976 fue el último pero no el único. Desde 1930 nuestro país había sufrido sucesivas interrupciones del orden democrático. La supresión de los gobiernos elegidos por el pueblo, la represión de los conflictos que surgían entre distintos sectores sociales y la apelación a la violencia habían sido, lamentablemente, bastante frecuentes desde esa fecha. Sin embargo, la dictadura que se inició en 1976 tuvo características inéditas, recibiendo el nombre de terrorismo de Estado.
Algunos ciudadanos e investigadores prefieren hablar de golpe cívico-militar. ¿Por qué? Porque entienden que los militares no actuaron solos ni por su cuenta. La decisión de tomar el gobierno contaba con la adhesión de diversos grupos de la sociedad (sectores con gran poder económico, grupos conservadores, algunos medios de comunicación aines) que entendían que una dictadura era necesaria para organizar el país.
De este modo, a la vez que se desarrollaban acciones de control, disciplina y violencia nunca vistas sobre la sociedad, se tomaban decisiones económicas que privilegiaban el ingreso de bienes y mercancías desde el exterior por sobre la producción de nuestro país. Así miles de trabajadores de nuestras fábricas perdieron su trabajo debido a que la industria nacional no podía producir productos a un precio similar o menor a los importados. Este proceso fue acompañado por una campaña publicitaria que intentaba convencer a la población de que la industria argentina era mala, de baja calidad y asociaba  a lo venido de afuera con lo bueno, lo interesante, lo deseado, ocultando que en esa decisión miles de argentinos quedaban sin trabajo y muchas familias perdían su salario y pasaban entonces a ser pobres.
A la vez, los sucesivos miembros de la Junta Militar y diversas empresas asociadas solicitaron grandes sumas de dinero al exterior en carácter de préstamos. Ese dinero incrementó la deuda externa del país de una manera inédita: de 8 mil a 43 mil millones de dólares que se convirtió por decisión de la misma dictadura, en deuda pública, es decir en deuda que debieron pagar todos los argentinos.
Por otra parte se tomaron distintas medidas financieras y administrativas que hicieron que el Estado iniciara un período de desinversión en salud, educación y vivienda con efectos muy importantes en el empeoramiento de las condiciones de vida de la gente: aumento de la pobreza e inicio de lo que hoy denominamos exclusión social. Es decir, se inició el proceso por el cual muchos hombres y mujeres no encontraban trabajo porque no había fábricas ni instituciones que necesitaran trabajadores y por lo tanto no podían cubrir sus necesidades básicas.

Bienvenidos a la Escuela

La Escuela 13de15 abre sus puertas para compartir otro año con entusiasmo y alegría...¡Adelante!